LOS CASTRATI
Castrados por amor al arte

Sólo había escuelas de castrati en Italia. En ellas, trataban a los niños como un "producto de exportación" y les preparaban para cubrir la fuerte demanda de voces que había en toda Europa. A cambio de la formación, las escuelas los utilizaban para funerales, misas, procesiones, conciertos privados, ... A los más pequeños, losquerubines, los vestían de angelitos y les hacían cantar en los funerales de los niños, lo que reportaba muchos ingresos dada la alta mortalidad infantil de la época.
En las escuelas les sometían a un duro trabajo y una estricta disciplina.
En las escuelas les sometían a un duro trabajo y una estricta disciplina.
En las escuelas les sometían a un duro trabajo y una estricta disciplina. He aquí el ejemplo de cómo era un día en la vida de uno de ellos, en este caso del joven Caffarelli:
Por la mañana:
1 hora para cantar pasajes de difícil ejecución
1 hora para el estudio de letras
1 hora de ejercicios de canto frente a un espejo, para practicar gesto y las formas y para evitar feas expresiones de la cara mientras se canta, etcétera.
Por la tarde:
1/2 hora de trabajo teórico
1/2 hora de contrapunto en un “canto fermo” (práctica de improvisación)
1 hora de contrapunto con la “cartella”
1 hora de estudio de letras
El resto del día lo pasaban haciendo ejercicios con el clavicordio, componiendo salmos, motets (canciones polifónicas de la iglesia que se cantan a capela), etc
El negocio calndestino de la castracion.
La moda de la castración de niños con fines musicales parece limitarse sólo a Italia y un poco a Alemania. En ambos países había eunucos en los coros eclesiásticos ya en el siglo XVI y en 1640 había castrati en todos los coros de Italia. Pero era ilegal. Excomulgaban a quienes se sometieran a la operación y condenaban a quienes la realizaban porque había una ley de derecho canónico y civil que prohibía la amputación deliberada de cualquier parte del cuerpo.
Paradójicamente, la Iglesia de Roma lo toleró. El Papa Clemente VIII (1536-1605) autorizó la castración sólo ad Gloriam Dei (por la gloria de Dios). La música de la época requería voces con registros muy agudos. Alguien tenía que cantar esas partes más altas en los coros, y no les servían ni los niños ni las mujeres.
El inconveniente de los niños era que, cuando adquirían la técnica necesaria para poder competir con un castrato, llegaban a la pubertad y les cambiaba la voz. Y a las mujeres les estaba prohibido cantar en público en las Iglesias: Mulier taceat in ecclesia (Las mujeres deben permanecer en silencio en la Iglesia), según una epístola de San Pablo.
Así apareció un negocio clandestino que realizaban cirujanos y hasta barberos. Poco se sabe de quienes hacían las castraciones. Se considera que los mejores cirujanos procedían de Bolonia, pero se sabe que incluso los barberos hacían ese trabajo. Charles Burney cuenta que fue preguntando por Milán, Venecia, Bolonia, Florencia, Roma, Nápoles,… y en todas partes le decían que tales operaciones se realizaban en la ciudad vecina: «Los italianos están tan avergonzados de ello que en cada provincia lo transfieren a otra».
Por otro lado, lo normal era decir que la pérdida de atributos masculinos había sido causada por una enfermedad o accidente, como una patada o una cornada.
EL CAMBIO DE VOZ EN LA PUBERTAD
Los castrati eran, al fin y al cabo, hombres, con su fuerza característica, pero con una pequeña y flexible laringe y con unas cuerdas vocales relativamente cortas. Eso les permitía cantar con gran agilidad. Además, habían sido preseleccionados de entre los mejores, y se les sometía a un entrenamiento intensivo.
Así que la voz resultante era distinta a cualquier otra. Aunque el tono era parecido al de una mujer, el timbre de voz no era femenino.
Un crítico contemporáneo describió la voz de los castrati como «tan clara y penetrante como la de los chicos de un coro, pero mucho más fuerte con algo seco y agrio aunque brillante, llena de impacto».
Como eran fisicamente
Eran altos (algo raro en el siglo XVIII), con piel pálida y suave. No tenían barba, ni pelo en el cuerpo, pero sí tenían mucho en la cabeza. Tenían tendencia a la obesidad, con caderas redondeadas y hombros estrechos.
Su intelecto no se veía afectado por la castración, pero sí podían tener ciertos sentimientos de inferioridad y fracaso. Esto no debió afectar a los grandes maestros, pero sí a los miles de niños a los que la castración no les reportó ni fama ni fortuna, según comenta el doctor Jenkins
¿Cómo sonaba su voz?
Nadie puede saberlo. Existen unas grabaciones muy antiguas (de 1902) del último castrato de la Capilla Sixtina, Alessandro Moreschi. Fue soprano en el coro desde 1883 hasta 1913, pero está lejos de considerarse un buen ejemplo. Además, ni estaba en su mejor momento, ni la grabación es buena. La voz suena temblona, escalofriante y sobrenatural. Básicamente, lo único que ha llegado hasta nosotros de los grandes castrati fue la música que se escribió para ellos y las descripciones que se hicieron de sus actuaciones.
Los más famosos se especializaron en cantar arias que se escribieron para explotar sus dotes particulares. Las llamaban arias portmanteau (arias de maleta) porque las llevaban consigo allá donde fueran y las insertaban en la ópera, tanto si encajaba como si no, para provocar el deleite de su audiencia.
Lydia Melford describió así el canto de Giusto Tenducci, un castrato italiano amigo de Mozart:
«Oí al famoso Tenducci, de Italia —tiene todo el aspecto de un hombre pero dicen que no lo es. La voz no es ni de hombre ni de mujer sino más melodiosa que cualquiera de los dos; y trinaba tan divinamente que mientras lo escuchaba creí hallarme en el paraíso»
Los registros de su voz
El registro, o rango vocal, es la extensión de notas que puede dar un cantante. Es el margen que va entre más grave y más aguda. Desde el siglo XVI, se emplean cuatro categorías básicas:
Bajo (82-293 Hz).
Tenor (146-523 Hz)
Contralto (174-659 Hz)
Soprano (261-1046 Hz)
Esta clasificación deja fuera a tres que no se alcanzan de manera natural:
Castrati
Contratenor
Sopranista
Además, está la voz de tiple, que es la de los niños, antes de la pubertad.
Exposición Handel y los castrati
Desde el próximo 29 de marzo hasta el 1 de ocubre, el Handel House Museum nos ofrece la oportunidad única de conocer más de cerca a los siete castrati que trabajaron con más frecuencia para Handel (Senesino, Nicolini, Bernacchi, Carestini, Caffarelli, Conti y Guardagni); las piezas que éste compuso para ellos; cómo se seleccionaban de niños; cómo se les enseñaba la técnica del canto; que instrumentos quirúrgicos se empleaban para su polémica operación; pinturas; dibujos satíricos que representaban y, a menudo, ridiculizaban a estos artistas, ...
Los visitantes también podrán escuchar la única grabación existente del último castrato,Alessandro Moreschi (1858-1922).
Sarah Bardwell, directora del Handel House Museum dice en el web que «los mejores castratieran superestrellas, admirados por el público, apreciados por compositores, incluyendo a Handel, que utilizó a los mejores de su época, y adorados por las fans. Sus voces tenían un tremendo impacto emocional en las audiencias de aquel tiempo. En cierta forma, los cantantes modernos del pop, como Chris Martin deColdplay, o Tom Chaplin de Keane, son loscastrati de hoy: ellos también tienen legiones de fans que les adoran, y pueden utilizar los más altos registros de voz para cantar canciones que van directas al corazón. Estamos emocionados por tener una exposición que celebra un fenómeno de la canción que todavía es un misterio para mucha gente».
Desde el próximo 29 de marzo hasta el 1 de ocubre, el Handel House Museum nos ofrece la oportunidad única de conocer más de cerca a los siete castrati que trabajaron con más frecuencia para Handel (Senesino, Nicolini, Bernacchi, Carestini, Caffarelli, Conti y Guardagni); las piezas que éste compuso para ellos; cómo se seleccionaban de niños; cómo se les enseñaba la técnica del canto; que instrumentos quirúrgicos se empleaban para su polémica operación; pinturas; dibujos satíricos que representaban y, a menudo, ridiculizaban a estos artistas, ...
Los visitantes también podrán escuchar la única grabación existente del último castrato,Alessandro Moreschi (1858-1922).
Sarah Bardwell, directora del Handel House Museum dice en el web que «los mejores castratieran superestrellas, admirados por el público, apreciados por compositores, incluyendo a Handel, que utilizó a los mejores de su época, y adorados por las fans. Sus voces tenían un tremendo impacto emocional en las audiencias de aquel tiempo. En cierta forma, los cantantes modernos del pop, como Chris Martin deColdplay, o Tom Chaplin de Keane, son loscastrati de hoy: ellos también tienen legiones de fans que les adoran, y pueden utilizar los más altos registros de voz para cantar canciones que van directas al corazón. Estamos emocionados por tener una exposición que celebra un fenómeno de la canción que todavía es un misterio para mucha gente».
https://youtu.be/4rjnL6QH8zo
https://youtu.be/lmI_C-S0Abg